Desde el año 2010, Prosanity realiza el trabajo de actualización
de “La estimación del gasto necesario para garantizar la
cobertura asistencial contenida en el programa médico
obligatorio (PMO)”, y en esta actualización a fin de potenciar y
ampliar la calidad de la investigación, se ha considerado
oportuno actuar sinérgicamente con IPEGSA (Instituto de
Política, Economía y Gestión en Salud), y con la USAL
(Universidad del Salvador. Facultad de Ciencias Médicas). Los
participantes de esta actualización hemos decidido mantener los
mismos objetivos anteriores que fundamentalmente son dos: El
primer objetivo determinar el valor de la canasta prestacional
conocida como PMO a una fecha definida (31 de julio), con la
metodología anterior al 2019 o sea analizar no solamente los
precios, sino también tasas de uso de prácticas seleccionadas,
entendiendo que en este período analizado los indicadores o
tasas de uso ya se han acomodado a lo habitual.
Este año se ha analizado el rubro Consultas Ambulatoria
Electivas (CAE). El segundo objetivo de esta investigación es
determinar a finales de julio 2022 en qué medida las Obras
Sociales Nacionales Sindicales se encuentran en condiciones
financieras de brindar un PMO íntegro y su comparación con los
años anteriores.
Habitualmente, además se aborda la problemática de salud y las
novedades del sector del período trascurrido desde la última
actualización.
La inflación es cada vez más alta y sigue existiendo una falta
de precios de referencia en el mercado. También, dada la gran
dispersión de precios en algunos rubros, se dificulta la
determinación de un valor que represente al universo.
Todo el sistema sanitario, financiador y prestador, se mantiene
en una crisis de gran magnitud, a lo que se suman los
indicadores de pobreza e indigencia, que se estiman en un 40% de
pobreza medida por ingresos. La pobreza influye como ningún otro
factor en el estado sanitario de la población, mucho más que la
oferta de servicios de salud que se provea.
Los diferentes estamentos de la salud mantuvieron al abordaje de
la pandemia como prioridad casi excluyente, notándose que,
durante este último año, tampoco se han producido cambios
estructurales sustanciales en el sistema.
El apoyo realizado a los financiadores y prestadores ha estado
sustancialmente relacionado al financiamiento.
Era una buena oportunidad para cambios de fondo destinados a
articular esa integración, pero más allá de las voluntades
observadas, en lo concreto no se ha avanzado y aparece como que
se ha perdido una oportunidad de aprovechar la centralidad que
el Sistema Sanitario logró durante la pandemia.
Como ya explicamos en la publicación anterior durante el período
de pandemia la SSSALUD destinó fondos adicionales a las OOSS
Nacionales. Durante este período la Superintendencia aportó
fondos especiales de magnitud al SUR (más de 3.000 millones por
mes promedio), lo que generó serias dificultades de
financiamiento actual (los últimos meses ya bajó la distribución
sustancialmente) y perspectivas de déficit importante a corto y
mediano plazo.
Los problemas de fondo preexistentes se mantienen y la salida de
la pandemia, significó repetir y magnificar las serias
dificultades del sector.
Las Obras Sociales en conjunto y por supuesto también las
Sindicales padecen cada vez una mayor dificultad para cubrir las
prestaciones a las que están obligadas, pues dependen de un
porcentaje de los aportes y contribuciones de los salarios,
(sumados los bajos ingresos de los monotributistas y empleadas
de casas particulares) que han seguido perdiendo valor en
relación con la inflación existente. En el último año como
mínimo un 2,5% con relación a la inflación.
Se observa claramente una caída de la base de los ingresos con
un aumento de costos en Salud y un mercado laboral cambiante.
Como expresamos ya varias veces se hace imprescindible analizar
si el Sistema de los Seguros Sociales Obligatorios es pasible de
ser financiado a futuro exclusivamente con aportes y
contribuciones como en la actualidad, y si no sería razonable
analizar mecanismos que financien prestaciones de alto costo
individual o en el tiempo, que queden por fuera de la obligación
de cobertura del PMO.
Sector privado prestador
La mayor parte de las prestaciones que integran el PMO son
brindadas por el sector privado, tanto en ambulatorio como en
internación. Su financiamiento proviene del Seguro Social
Obligatorio o de las Empresas de Medicina Prepaga.
Los aranceles durante la pandemia de Covid-19 no se modificaron
prácticamente, y durante este año en porcentajes por debajo de
la inflación y de los costos en salud. Al mismo tiempo los
honorarios profesionales y los sueldos de los trabajadores han
perdido en relación a la inflación y su justa recomposición
aparece imposible de abordar con los recursos que reciben los
prestadores.
A partir de la pandemia el sector privado prestador recibió de
parte del Estado Nacional algunas ventajas impositivas
(disminución de carga impositiva y previsional), los REPRO
inicialmente y luego el FESCAS, pero ya en este último caso con
una clara disminución de la ayuda recibida, y con condiciones
que hacen muy difícil su acceso.
El objetivo de esta ayuda era aportar a cubrir el salario de los
trabajadores.
Se está observando desde tiempo atrás cobro de aranceles por
parte de los profesionales y varios intentos de hacerlo por
parte de las instituciones prestadoras.
Los aranceles impactan sobre la población beneficiaria que es
quien los asume y hacen más regresivo el sistema.
La ley de emergencia sanitaria sigue generando un alivio
transitorio de las deudas impositivas y previsionales del sector
de prestadores privados, y a la luz de las dificultades
referidas es imprescindible su continuidad, pero la duración de
la misma en el tiempo y su renovación año a año, muestra
acabadamente que no se han afrontado los problemas de fondo y se
siguen con simples remiendos para mantener un sistema que cada
vez se encuentra más deteriorado.
La Argentina tiene un sistema de Servicios de Salud fragmentado,
inequitativo y poco solidario, pero las acciones de fondo que se
deberían implementar, muchas de ellas probablemente simultáneas,
para mejorar el sistema, pasa el tiempo y no se efectivizan.
Sería un error el abordar la atención de la salud de las
personas solo desde la perspectiva del financiamiento. La mejora
en la salud de las poblaciones se logra abordando acciones sobre
la pobreza, sobre los determinantes sociales, el medio y sobre
las conductas de los individuos, además sobre el Sistema
Sanitario que es quien concentra la mayor parte del gasto en
salud, y al que se le vuelcan la mayor cantidad de recursos.
Los costos de los sistemas sanitarios del mundo siguen en
aumento y lo seguirán haciendo por las modificaciones
epidemiológicas y por el avance tecnológico. Es necesario, por
lo tanto, una búsqueda diferente, integral y con claras
modificaciones de los paradigmas de abordaje. Como se ha
referido en ediciones anteriores, y es necesario reafirmar,
entre tantas otras acciones estratégicas a aplicar para todos
los subsectores se pueden listar: modificar los modelos de
atención y basarlos efectivamente en la atención primaria de la
salud, evaluar sistemas administrados de atención y de gestión,
limitar los alcances del PMO a aquellas prestaciones con
evidencia científica probada, con costo-efectividad, integrar
las redes públicas y privadas para bien utilizar recursos
disponibles, lograr una CUS para la población sin cobertura
formal equitativa con la población formalmente cubierta, pagar
desde la demanda y no desde la oferta, propender a la educación
y capacitación continua de los recursos humanos del sistema, a
su certificación, acreditar efectores de salud, generar una
agencia de evaluación de tecnologías, generar mecanismos de
aseguramiento para gasto catastrófico, trabajar para disminuir
costos de no calidad, minimizar la variabilidad clínica, etc.
Este listado sólo resume algunas de las varias acciones
estratégicas necesarias, que aplicadas en conjunto deben ser la
base del cambio estructural del Sistema de Salud, el cual debe
asegurar una calidad y un financiamiento adecuado y posible del
Sistema, y que lo haga sustentable en el tiempo.
Para concretarlas se deben generar los espacios de consenso y
coordinación y garantizar la participación de todos los actores
del sector, de todas las regiones y jurisdicciones. De ahí la
trascendencia que exista una decisión política firme y la
ineludible Rectoría y Gobernanza de las Autoridades Sanitarias
para llevar a cabo estos consensos.
METODOLOGÍA
La metodología de investigación utilizada es la que usamos desde
el inicio del estudio; los parámetros considerados son las tasas
o indicadores de uso y los precios de mercado. El valor
resultante es exclusivamente el de las prestaciones listadas en
el PMO, por lo que no incluye otros elementos tales como los
costos de administración, por no contar con información fiable
de los mismos, gastos bancarios, financieros, impositivos etc.
El costo del PMO y sus indicadores han sido elaborados sobre la
base exclusivamente de poblaciones activas, habiendo considerado
como tales aquellas con rangos etarios entre 0 y 65 años, tanto
para hombres como para mujeres.
Los indicadores de uso y los precios considerados son de
poblaciones de Obras Sociales Sindicales de la Ciudad de Buenos
Aires y Conurbano Bonaerense. Si bien la matriz elaborada es
aplicable a todo el país, los indicadores y valores de mercado
considerados corresponden a grandes poblaciones urbanas.
INDICADORES DE DEMANDA DE SERVICIOS
Al analizar las demandas en grupos poblacionales, los
indicadores más relevantes usados para determinar el grado de
utilización de los servicios son las tasas de uso de consultas
médicas (por beneficiario/año), de egresos (cada 100
beneficiarios/año), los promedio días de internación, tasas de
estudios ambulatorios aisladas o en relación con las consultas,
etc. En el área ambulatoria la prestación fundamental es la
CONSULTA en primer lugar médica, ya sea general o con
especialistas y luego otros tipos de consultas no médicas como
pueden ser las psicológicas, las odontológicas, las de
rehabilitación etc.
Existen diferentes formas de clasificación de las consultas y en
función del análisis que se quiera hacer. En este apartado
analizamos la tasa de uso de las CONSULTAS MÉDICAS AMBULATORIAS
ELECTIVAS (no por urgencia o emergencia) en sus diferentes
formas. En cuanto a las tasas de uso, es importante remarcar que
no existe un valor óptimo, de referencia, pues depende de la
edad, sexo, educación, localización geográfica, nivel
socioeconómico, los factores de riesgo, hábitos culturales,
etc., por el lado de la demanda y el comportamiento de los
prestadores, accesibilidad, modelos de atención, modalidades de
pago etc. por el lado de la oferta.
Además, existen factores epidemiológicos, variables en lo
temporal y en lo geográfico (como ha ocurrido en la época de
pandemia) que impactan sobremanera.
O.S N. SINDICALES
El trabajo inicial sobre el que se obtuvieron los indicadores de
uso de consultas, se hizo en 2010 y no ha sido modificado en lo
que tiene que ver con consultas generales de clínicos y
pediatras y en tasas de consultas con especialistas.
En nuestra grilla clasificamos las consultas en generales por un
lado (incluye Pediátricas hasta 14 años inclusive) y consultas
con especialistas por otro.
Separamos las consultas de los programas preventivos. Las
consultas de urgencia no están consideradas en este renglón, al
igual que las consultas de salud mental (especiales por su
duración y su especificidad), ya analizadas en la actualización
del PMO 2018. Sus indicadores actualizados fueron incorporados a
la grilla desde esa fecha.
En la grilla usada hasta la fecha las obras sociales sindicales
(PMO analizado) tienen, sumando todo tipo de consultas
ambulatorias médicas, valores cercanos a 5,11 consultas por
beneficiario/año, lo que incluye las de los programas
preventivos y salud mental; en tanto que en las prepagas el dato
se eleva a 8,8 a 9 por benef/año.
Depurando las preventivas y las de salud mental, la tasa
resultante, y sobre la que trabajamos en actualizar es de 4,01
consultas por beneficiario/año.
Las tasas en todos los casos son aquellas recabadas en Ciudad de
Buenos Aires y Conurbano bonaerense. El peso que tienen las
consultas en el valor final del PMO, no solo por su valor
intrínseco, sino como disparador de prestaciones de diagnóstico
y tratamiento, hace necesario una actualización.
La gran dificultad es el acceso a una información confiable,
como en general su entrada al sistema es irrestricta y sin orden
de autorización, cuando se accede a la información es al ser
facturadas al financiador (ex post) y en general, por la
importante carga que significa, se las audita y se las paga,
pero muchas veces no se las registra. Al igual que aquellas
realizadas en efectores públicos, muchas veces no facturadas por
el Sistema de Autogestión.
Los resultados relevados nos dan un promedio de consultas por
beneficiario/año en Ciudad de Buenos Aires y Conurbano de 3,89
consultas, menor a la considerada en los PMO anteriores (4,01),
con una proporción de consultas con especialistas cercanas al
55% del total cuando en nuestros análisis anteriores eran
menores (45%).
O sea que, sobre un número total ligeramente menor, la
proporción de consultas con especialistas, se ha incrementado
proporcionalmente respecto a la consulta con generalistas, lo
que puede ser el resultado de la falta de un acceso administrado
en los Modelos de Atención de las Obras Sociales.
O sea que vamos a considerar para este análisis del PMO 2022 una
tasa de 1,87 consultas por beneficiario/ año con médicos
generalistas (incluye pediatras) y una tasa de 2,02 consultas
por beneficiario/año con especialistas, sobre la base de lo
investigado y con las distinciones expresadas anteriormente.
INFLACIÓN
En esta actualización hemos profundizado el análisis del rubro
inflación a partir de varios indicadores que la consideran. La
inflación de julio 2021 a julio 2022 fue, según INDEC, del
70,98%. El incremento del dólar oficial en igual período fue del
36,16%. De julio a julio el INDEC publicó una inflación en salud
del 76,4%. Un aumento de insumos en salud del 67,5%. Utilizando
un índice de elaboración propia (IPC CABA Salud, dólar) el
indicador de aumento del mismo ha sido 67,35%.
ACTUALIZACION 2022
En cada actualización realizada, el resultado final obtenido
estima el gasto promedio por beneficiario, menor de 65 años, que
garantiza el acceso a las prestaciones incluidas en el PMO. En
este caso al 31 de julio 2022. Para una composición por edad y
sexo informada por la Superintendencia para el 2016 sobre la
base de 15.383.113 beneficiarios.
RESULTADOS
Si se considera solamente el valor que debe financiar el Seguro
Social Obligatorio (sin los coseguros que provee el beneficiario
de su bolsillo, en el momento de la prestación) teníamos al 31
de julio 2021 un valor resultante de $ 3.562,31. En esta
actualización (31 de julio 2022) el valor obtenido es de $
5.257,41 lo que significa un incremento interanual del 48%. Si,
por otra parte, también sin considerar gastos administrativos,
examinamos la totalidad del valor necesario para garantizar la
cobertura (lo financiado por los Agentes de Salud y lo
financiado por el beneficiario de bolsillo), el costo per cápita
del PMO, al 31 de julio de 2022 fue estimado en $ 6.102,26 con
coseguros al 100% y de $ 5.870,05 con coseguros al 50%.
Mantenemos una estructura similar de gráficos que la edición
anterior a fin de permitir un mejor cotejo de la información, y
hacer más fácil la lectura comparativa. En la mayoría se ha
tomado fundamentalmente el valor que deben financiar las OSN, y
solo en algunos también el gasto de bolsillo de los
beneficiarios.

El Gráfico N° 1 compara los
valores estimados del PMO a financiar por las Obras Sociales
para las actualizaciones anuales realizadas entre 2010 y 2022.
Como puede observarse, el costo del PMO a financiar por los
Agentes de Salud, ha seguido una tendencia creciente desde el
2010 aumentando como mínimo por encima del 25% y con un aumento
sustancial de su tasa de crecimiento anual desde el 2014 donde
se incrementó cada año en alrededor o por encima del 40% y en
2019 llegó al 65,8%. Este año nuestros cálculos la estiman en un
48%. Por tercer período consecutivo el costo del PMO es inferior
a la inflación determinada para igual período por el INDEC,
aunque siempre en un contexto de altísimo incremento interanual.
Los coseguros como mecanismos de regulación del sistema tienen
actualmente un peso que varía entre un 10 y un 14% según la
magnitud de los coseguros considerados.
En este análisis del PMO a fines de julio del año 2022, cada
beneficiario abona de bolsillo $ 844,84 por mes con coseguros
del 100%, de los cuales un 45% del total corresponden a
medicamentos ambulatorios. Si consideramos los coseguros al 50%
de lo máximo autorizado, cada beneficiario abona de bolsillo $
612,64 de los cuales un 65% están representados por los
medicamentos ambulatorios.

En el Gráfico N° 2 se
observan los valores financiados por los agentes de salud y el
gasto de bolsillo en febrero 2010, en febrero 2011, en abril
2012, y en julio desde el 2013 al 2022 inclusive.

En la Tabla 1 se comparan los
valores por grupos de prestaciones al 31 julio 2021 y al 31
julio de 2022 sin considerar coseguros, o sea teniendo en cuenta
solamente lo que deben abonar los Agentes del Seguro Social
Obligatorio.

Se observa en la Tabla que el
mayor incremento se verifica en las prestaciones especiales,
influidos fundamentalmente por los precios de los medicamentos y
la discapacidad. Los medicamentos son el único rubro que supera
el aumento de costo del PMO año a año.
El Gráfico N° 3 muestra la evolución en el tiempo de los
diferentes grupos de prácticas con una caída importante de las
prestaciones ambulatorias y en internación desde el 2010, una
meseta en programas preventivos y un fuerte incremento en las
prestaciones especiales que han pasado de un 12,9% en 2010 al
31,5% en 2022.
En el rubro prestaciones especiales, que analizamos
específicamente en los últimos años por su constante incremento,
los renglones más significativos por su crecimiento en este
período ha sido el de los medicamentos especiales (58%) y las
prestaciones del SU para discapacidad, con valores regulados,
que aumentaron más (61%) que los del PMO global en esta
actualización.
En cambio el rubro ambulancias aumentó menos que en el 2021, al
igual que el de prótesis y ortesis (seguramente por el menor
aumento del dólar oficial).
Si bien puntualmente algún renglón pudo haber superado la media
del PMO, su impacto en el valor final del mismo no es relevante.
Por otra parte, las consultas que analizamos especialmente en
esta actualización, y cuyo peso es relevante, aumentaron
bastante por debajo del aumento global del PMO.
COMPARACIÓN ENTRE EL VALOR DEL PMO Y LA RECAUDACIÓN DE
LAS OSN
En este apartado cumplimos el segundo objetivo de estos trabajos
de actualización. El mismo consiste en comparar el valor del PMO
financiado por los Agentes de Salud, actualizado en este caso al
31 de julio de 2022 ($ 5.257,41) con la recaudación promedio por
cada beneficiario del universo de OSN. Dicho promedio, de
acuerdo con los datos de SSSALUD sobre número de beneficiarios y
AFIP respecto a recaudación por aportes y contribuciones,
alcanza los $ 4.472 tomando seis meses del 2022 para evitar
distorsiones, debiéndose remarcar que ese número corresponde a
lo recaudado en concepto de aportes y contribuciones solamente.
Se recuerda que la valorización del PMO no incluye el gasto de
administración.
Respecto a los fondos aportados a las OOSS por el FSR en
concepto de subsidios y reintegros, este año supera los 3.000
millones mensuales. El valor recaudado promedio con todos los
subsidios y reintegros ha sido de $ 5.409 para el período
considerado.
Tomando lo ingresado por aportes y contribuciones, al desagregar
dicha información por OS vemos que solamente un 29% de dichas
instituciones (84 OSN) superan el valor estimado de costo de un
PMO en su recaudación per cápita, mientras que el 71% restante
(206 OSN) no alcanza el valor del PMO (Gráfico N° 4).

En términos de beneficiarios,
las OSN que superan con su cápita promedio el valor del PMO dan
cobertura solamente al 23% de los mismos mientras las Obras
Sociales que no alcanzan a cubrir el valor del PMO cubren al 77%
de los beneficiarios del sistema.


En el Gráfico N° 5 y 6 se
consideran además los ingresos provenientes del FSR por todos
los subsidios y reintegros. Volviendo a hacer la salvedad que
este año existieron nuevamente aportes de reintegros especiales
SUR que no han existido en años anteriores al 2019, y con esos
fondos se logró que el 52% de las OOSS lleguen a cubrir el valor
del PMO sin gastos de administración, lo que significa la
cobertura solamente del 38% de los beneficiarios.
Este año (31 julio 2021 al 31 de julio 2022) el costo del PMO
aumentó por debajo de la inflación y la Superintendencia aportó
fondos extraordinarios al sistema. Es el tercer año consecutivo
que ello ocurre. A pesar de ello solo 36 obras sociales más han
podido cubrir el PMO respecto al 2019. Y menos aún que el 2022,
a pesar de los aportes recibidos del SUR. Debemos entender que
estos aportes son un hecho excepcional, que se ha dado en los
últimos años, muy difícil de mantener y financiar en el tiempo y
que, a pesar de ello, sólo el 52% de la OOSS (38% de los
beneficiarios) pueden cubrir el costo de un PMO sin gastos de
administración, lo que marca la gravedad de la situación del
subsistema. Como dato adicional que muestra la pérdida
progresiva de equidad del sistema la cápita promedio del sistema
de las OS que pueden cubrir el PMO es $ 8.254 y el de las que no
lo cubren es $ 3.343.
Con subsidios, por el efecto compensatorio de los mismos, la
cápita promedio de las que pueden cubrir el PMO es $ 7.727, y
las de aquellas que no pueden hacerlo es $ 3.965.
CONCLUSIONES
Este trabajo corresponde a la duodécima actualización de la
“Estimación del gasto necesario para garantizar la cobertura
asistencial contenida en el PMO”, a partir del documento
metodológico original correspondiente al año 2010.
Los ingresos de las diferentes Obras Sociales difieren
sustancialmente entre ellas, tal cual puede visualizarse en esta
investigación y más allá de los mecanismos de compensación
existentes, muchas no alcanzan el piso mínimo para lograr cubrir
la canasta.
Los Seguros Sociales Obligatorios, cuyos ingresos son un
porcentaje de los salarios (aportes y contribuciones), se vienen
deteriorando año a año en relación a la evolución del costo de
las prestaciones y al aumento de la inflación, y si no lo han
hecho más, es por algunos aportes especiales desde la SSSALUD y
desde el Estado.
Es necesario reiterar, como lo venimos haciendo año a año, y lo
marcamos en el prólogo, que es necesario tomar acciones de
fondo, estructurales en el Sistema de Salud Argentino y al mismo
tiempo hacer viable al sector del Seguro Social que es la
columna vertebral del mismo.
Desde el 2010 hasta el 2022, para una inflación acumulada del
4.587,3% se ha dado un aumento del PMO financiado por los
Agentes de Salud del 5.822,7%. Es decir que en 11 años el valor
del PMO ha superado a la inflación. Debe tenerse en cuenta que
los tres últimos años los costos del PMO han sido inferiores a
la inflación informada.
Sin considerar los coseguros, o sea tomando en cuenta solamente
lo que financian los Agentes del Seguro de Salud, el PMO se ha
incrementado en el período analizado en un 48% o sea en
alrededor de un 23% por debajo de la inflación oficial.
El aporte promedio como gasto de bolsillo representa entre un 10
y un 14% del costo total del PMO 2022, según a que valor se
tomen los coseguros autorizados, teniendo cada vez más peso los
medicamentos ambulatorios en el aporte de bolsillo que hacen los
beneficiarios, a pesar de la cobertura al 70% y al 100% de
muchos de ellos.
Solo queremos agregar que los mecanismos solidarios tendientes a
mejorar la equidad dentro del Seguro Social Obligatorio siguen
perdiendo relevancia año a año, marcándose cada vez más las
diferentes capacidades financieras existentes entre las
diferentes instituciones. El rubro medicamentos es el que sigue
concentrando el mayor interés.
Según el análisis que hacemos en este trabajo para el 2022 el
ingreso per cápita para las diferentes OSN por aportes y
contribuciones se ha estimado en $ 4.472 por beneficiario/mes.
Ello da como resultado que con estos aportes solo un 29% de las
OOSS (23% de los beneficiarios) tienen la posibilidad de cubrir
el costo de un PMO sin considerar gastos de administración.
Si incluimos todos los ingresos adicionales provenientes del FSR
(subsidios y reintegros) este año el monto ha sido de $ 5.409,
observándose que sólo el 29% de las OOSS sindicales (38% de
beneficiarios) tienen los fondos suficientes para cubrir el
costo de un PMO sin considerar gastos de administración.
Una referencia especial al análisis del PMO y del Sector
Privado Prestador
Durante varios años fuimos comentando que el costo del PMO que
nosotros investigamos superaba año a año el de la inflación
medida por IPC.
Ese incremento de los costos de insumos, medicamentos, salarios,
impuestos etc. se fue trasladando al costo del PMO cuyo
resultado es el producto de los indicadores o tasas de uso, y de
los precios de mercado, o sea de lo que los prestadores y
proveedores cobran a los financiadores. Ese parámetro se mantuvo
hasta el análisis del 2019, donde se pudo visualizar la mayor
diferencia acumulada entre costo del PMO e inflación.
Desde ese momento y hasta este análisis se ha observado una
disminución importante de la brecha. Desde el 2020 y hasta
ahora, año a año la inflación supera al costo del PMO, haciendo
que en esta actualización la brecha se haya reducido
sustancialmente.
Y eso no es porque se hayan reducido los costos de salud (De
julio 21 a julio 22 el INDEC publicó una inflación en salud del
76,4%, y un aumento de insumos en salud del 67,5%). Es el PMO
que solo se incrementó en un 48%.
O sea que el sector prestador no pudo compensar el aumento de
sus costos en salud con los precios a facturar. Ha debido asumir
aumento de costos que superaban ampliamente la recomposición de
los ingresos. Aumentaron el déficit y debieron ajustar sobre la
base de una estrategia única de costos, con lo que ello
significa en los resultados de calidad de los productos. Eso ha
hecho que la situación del sector prestador haya aun empeorado
en relación a como estaba en 2019, 2020 y 2021.
Muchos de los prestadores han debido dejar de pagar obligaciones
impositivas o previsionales, reducido sus planteles, no
actualizando valores a los prestadores y proveedores en relación
a la inflación, dependiendo para su subsistencia del
mantenimiento de la ley de emergencia sanitaria.
Queremos delinear una explicación del problema de financiamiento
del sistema del Seguro Social y de sus prestadores, que de
alguna forma esclarezca la dificultad de la problemática. En los
indicadores del IPC CABA como en los del IPC general se
consideran componentes tales como costos de medicamentos, costos
de aumentos de EMP, salarios, insumos etc. mientras que en
nuestra metodología se toman los precios que efectivamente pagan
los financiadores a los prestadores. Son dos perspectivas
diferentes del análisis, uno de costos en salud y otro del costo
del PMO para los financiadores. Hay un sector, y eso se
visualiza claramente en esta investigación, que está financiando
parte del desfasaje. Y como al mismo tiempo el monto del
financiamiento del Sector del Seguro Social Obligatorio no
alcanza (tal como lo mostramos en el análisis) el Sector Privado
prestador absorbe parte del déficit, y para paliar la inevitable
caída de la calidad, se comienza el cobro de aranceles
diferenciados que paga el afiliado, primero en consultas y
cirugías electivas, y progresivamente en todas las prestaciones.
Podríamos definirla como una inflación de costos en donde se
perforan los precios que puede soportar el sistema, y que
termina impactando en la calidad que recibe y en los costos de
los beneficiarios.
El Sector de la Medicina prepaga no es ajeno a la problemática.
Dos tercios de sus afiliados provienen de la desregulación y si
bien son en general los afiliados con sueldos más altos, los
mismos también han caído en relación con la inflación. Para
mantener sus planes y siendo que los consumos son diferentes al
de los afiliados residuales de las Obras Sociales, deben pagar
montos adicionales incrementales hasta el punto de lo autorizado
por el gobierno. Ello ha producido pases a planes más acotados y
a veces regreso a la Obra Social de origen.
ADDENDA
Dada la alta inflación existente, se realizó, como en años
anteriores, una simulación tendiente a determinar cuál sería el
valor actual del PMO (a fines de noviembre 2022) financiado por
los Agentes de Salud, a partir del valor obtenido a fin de julio
2022 en esta investigación. Se tomó en cuenta una fórmula
ponderada que se ha desarrollado a tal efecto. Queremos
resaltar, como prueba y como se ha referido en actualizaciones
anteriores, que existe una diferencia importante en los valores
obtenidos para el período julio 2021/julio 2022, entre esta
metodología de actualización de fórmula ponderada y la
investigación que realizamos anualmente. Es así que, utilizando
esta fórmula, y partiendo del valor del PMO de fin de julio del
2021 ($ 3.562,31) el valor resultante del PMO financiado por los
agentes de salud, sería de $ 6.133,5 o sea un 17% más que con la
metodología habitual.
O sea, debemos remarcar que este tipo de actualización de
fórmula ponderada solo debe ser usada como una referencia para
restablecer valores en épocas de alta inflación, pero no suple
ni presenta el grado de certeza que la habitual que realizamos.
Con la misma metodología, se ha estimado que para el 30 de
noviembre del 2022 el valor actualizado sería de $ 6.575,3 o
sea, un incremento del 25,1% respecto a los valores surgidos de
este estudio al 31 de julio 2022
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