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Columna


La homeostasis
de la sociedad

Por el Dr. Mauricio  Klajman
Director Médico Nacional de la Obra Social de los Trabajadores de Televisión


Según el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, homeostasis es el conjunto de fenómenos de autorregulación que conducen al mantenimiento de la constancia en la composición y propiedades del medio interno de un organismo.
Desde la perspectiva de la hegemonía estructural, Antonio Damásio define un sistema viviente, estable o en equilibrio, como aquel en que la relación entre su estructura y los procesos que tienen lugar en El, y entre Él y su ambiente.(1)
Entonces el “Paquete de Supervivencia” es compartido por todos los organismos biológicos, cuyo mínimo factor común es la posesión de dispositivos innatos para resolver automáticamente los problemas básicos de la vida: mantenimiento químico interior, conservación de las estructuras del organismo, ataque de agentes externos o daño físico o daño mental, o daño psicológico.(2)
Vemos como una pandemia tiene distintas reacciones en diferentes lugares. También vemos que la clínica de la enfermedad varía muchísimo. Ataca toda la economía biológica y material.
Es como si la homeostasis interna y la social se transforman en algo caótico. Respuestas diferentes a un mismo problema.
La Tierra ha alcanzado un grado de irritación extremo, y el cuerpo colectivo de la sociedad padece desde hace tiempo un estado de estrés intolerable: la enfermedad se manifiesta en este punto, modestamente letal, pero devastadora en el plano social y psíquico, como una reacción de autodefensa de la Tierra y del cuerpo planetario.
Para las personas más jóvenes, es solo una gripe fastidiosa. Lo que provoca pánico es que el virus escapa a nuestro saber: no lo conoce la medicina, no lo conoce el sistema inmunitario.
Y el ignoto virus, de repente detiene la máquina.
Un virus en la psicósfera bloquea el funcionamiento abstracto de la economía, porque sustrae de ella los cuerpos. Pero he aquí la sorpresa, el giro, lo imprevisto que frustra cualquier discurso sobre lo inevitable. Lo imprevisto que hemos estado esperando: la implosión.
El organismo sobreexcitado del género humano, después de décadas de aceleración y de frenesí, después de algunos años de convulsiones sin perspectivas, encerrado en un túnel lleno de rabia, de gritos y de humo, finalmente se ve afectado por el colapso: se difunde una gerontomaquia que mata principalmente a los adultos mayores, pero bloquea, pieza por pieza, la máquina global de la excitación, del frenesí, del crecimiento, de la economía...
Por primera vez, la crisis no proviene de factores financieros y ni siquiera de factores estrictamente económicos, del juego de la oferta y la demanda. La crisis proviene del cuerpo. Es el cuerpo el que ha decidido bajar el ritmo. La desmovilización general del coronavirus es un síntoma del estancamiento, incluso antes de ser una causa del mismo.
Cuando hablo de cuerpo me refiero a la función biológica en su conjunto, me refiero al cuerpo físico que se enferma, pero también y sobre todo me refiero a la mente, que por razones que no tienen nada que ver con el razonamiento, con la crítica, con la voluntad, con la decisión política, ha entrado en una fase de pasivización profunda.
Cansada de procesar señales demasiado complejas, deprimida después de la excesiva sobreexcitación, humillada por la impotencia de sus decisiones frente a la omnipotencia del autómata tecnofinanciero, la mente ha disminuido la tensión. No es que la mente haya decidido algo: es la caída repentina de la tensión que decide por todos. Psicodeflación.(3)
“Otra falla masiva y colosal de la versión neoliberal del capitalismo”. Así se refiere el filósofo y lingüista Noam Chomsky a la pandemia de coronavirus que golpea al mundo.
Podríamos analizar el canibalismo político a que nos someten día a día los economistas y los todólogos comunicacionales. Estos últimos originales personajes, que pasaron la mayoría de ellos por las Universidades caminando por enfrente y nunca -la mayoría- entraron por la puerta… ni estudiaron que es el método científico y mucho menos la realidad del mundo, sus inequidades, sus desigualdades.
La mayoría de ellos no saben cómo funciona el Sistema de Salud de nuestro País.
Nos llama la atención que se produzcan contagios de profesionales en Centros de Salud, que no han sido inspeccionados en años… de dudosa habilitación, si es que la poseen. O en depósitos de Gerontes llamado geriátricos que favorecen la Gerontomaquia descripta más arriba.
¿Quién controla a los que asisten a los internados, en este Pandemonio de Sistema de Salud que tenemos?
Nuestro Sistema no es un Sistema, es una acumulación de prestadores de salud, nadando en un Mar de Caos… todos intereses corporativos.
¿Pero quién defiende al ciudadano de a pie de la perversión del Sistema? (4)
¡Saquémonos la careta alguna vez! Los profesionales de la salud protestan por falta de insumos ante la Pandemia para su seguridad. ¿Y cuando Hubo? No debería extrañarnos nada. Hay que pensar en serio esta vez.
Tenemos que construir de una vez y para siempre un sistema de salud integrado entre sí.
Nadie se salva solo… (5)
Todos reclaman Estado… y tenemos la suerte los argentinos que en este momento hay Estado. Pensemos por un momento que hubiera sido de nosotros con los CEOS del Club de Cuentas en Panamá… en este arcaico Pandemonio de Sistema de Salud donde el Ser Humano era visto como gasto y no como una vida.
Hay que pensar en un Sistema de Salud que se apoye en la complementariedad entre Subsistemas… para comenzar.(6)
Revisar currículas universitarias, sin influencia en su composición y desarrollo, de las empresas que venden tecnología.
Controlar a la industria farmacéutica que ve a los médicos y a sus pacientes como clientes potenciales… y no digo sin ella, sino con una Agencia seria de Evaluación de Terapéuticas, que no autorice lo que no sirve y que no fue probado en el mundo serio de la salud.
Lo tenemos que hacer de una vez por todas, ya no queda tiempo ni economía que la sostenga.
Necesitamos estadísticas serias, confiables, que nos permitan tomar decisiones acertadas con números reales, para una estrategia real. Una Estrategia Nacional, sin dejar librada a las provincias a su destino, con el fútil argumento de la “desconcentración”.
Tenemos que ir a un Sistema Nacional de Salud.
Será por etapas, ya que los intereses son arduos e hicieron fallar los intentos anteriores. El renacido Ministerio de Salud puede ser quien pase a la historia como el gran “Transformador de la Salud” en nuestra República. Como dije sería en etapas integrando subsectores.
El Congreso de la Nación deberá ser un socio activo en esta transformación proponiendo y acompañando un Plan Nacional a mediano y largo plazo, que todos los argentinos de bien debemos apoyar y sentir como propio.
No hay tiempo… el siglo XXI es esto o el precipicio.

Referencias
(1) En busca de Spinoza/Antonio Damásio/Paidós/2014.
(2) Homeostasis y Representaciones Intelectuales/Miguel Grijalba-Luis Enrique Echarte/Universidad de Navarra/España/2003.
(3) Crónica de la psico deflación/Por Franco Berardi*Publicado en Nero Ediciones / 19 de marzo, 2020. /Sopa de Wuhan.
(4) Conversaciones con Aldo Bravo/Secretario de Acción Social/OSPTV.
(5) Dr. Alberto Fernández/Presidente de la Nación.
(6) El debate público - privado en las políticas de salud/ VIII JORNADAS INTERNACIONALES DE ECONOMÍA DE LA SALUD IX JORNADAS NACIONALES DE ECONOMÍA DE LA SALUD/La equidad complementaria como modelo de desarrollo entre los subsectores de salud de la República Argentina. Mauricio Klajman

 

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