Lo
que falta en política de medicamentos
Por
el diputado nacional Aldo Neri (UCR-CAPITAL)
“La
política nacional para que el médico recete por la denominación científica
(genérica) de los medicamentos, y los similares puedan ser intercambiables,
dentro de un listado oficialmente aprobado, es buena política. Pero no
basta.”
“Resulta indispensable fortalecer el marco regulatorio. Precisamente
para que la política no fracase, y garantice la calidad. Es necesario
concentrar en el órgano nacional de control (ANMAT) la responsabilidad de
aprobar nuevos productos y fiscalizar a los que están en el mercado. Hay que
evitar la peligrosa anarquía de jurisdicciones
provinciales múltiples en un mercado único. Es vital garantizar que los
laboratorios productores cumplan las normas internacionales de fabricación.”
“Es preciso programar la realización de las pruebas indispensables para
demostrar la real equivalencia que tengan entre sí medicamentos similares, en
aquellos productos que la autoridad sanitaria lo considere necesario, en el
marco de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Es
imperioso poner la venta de todos los medicamentos con exclusividad en la
farmacia, y hacer de ésta un ámbito profesional que ofrezca garantía.”
“Es
ineludible imponer un Formulario Terapéutico único, científicamente
intachable, en los hospitales estatales y en las obras sociales. Hay que
controlar no sólo el costo, también la inflación de fantasías terapéuticas.
Asimismo, resulta imperioso
promover una negociación permanente de precios, en base a
precios de referencia razonables, de los medicamentos que integren dicho
Formulario. Tal razonabilidad debe ser, justamente, una de las condiciones para
su inclusión.”
“Por
último creo imperioso garantizar la transparencia, con amplia participación de
organizaciones científicas, profesionales, empresarias y de consumidores. Es
necesario reforzar la penalización de los casos de medicamentos adulterados o
falsificados.
Es
necesario evitar el maniqueísmo y favorecer a la buena industria –sobre todo
si, además, ofrece iniciativa exportadora- pero sin sacrificar, en su altar, el
bolsillo de los consumidores o la salud de la gente. Es necesaria una política
de equilibrio entre la simultánea condición de bien social y comercial que
tiene el medicamento, que lo diferencia del mercado de las bebidas gaseosas o
espirituosas, por ejemplo.
Completar la política iniciada, en consulta con los sectores, es
responsabilidad del Congreso y el Poder Ejecutivo Nacional.”
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