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Columna


¿CAMBIO O MÁS DE LO MISMO?

Por el Dr. Gabriel Barbagallo (*)


La Federación de Obras Sociales de Dirección cumplió durante 2022 sus primeros treinta años de vida y desde su inicio, las veinticinco entidades que la conforman brindan prestaciones sanitarias al personal fuera de convenio del ámbito empresarial, como así también a un importante número de afiliados adherentes, que eligen libremente atender los problemas de salud de sus familias en nuestras instituciones. Ya en la declaración de nuestra misión resaltamos la importancia de ofrecer al conjunto de la sociedad una visión estratégica y sustentable de la salud, dentro de los principios solidarios propios de nuestro subsistema de la seguridad social, donde la sustentabilidad y la solidaridad son los dos pilares básicos del sector, que se ve amenazado por circunstancias económicas desde hace ya varios años y que corre el riesgo de colapso, si no se toman medidas de fondo y sostenibles en el tiempo.
La campaña presidencial de Bill Clinton de 1992 quedará en la historia como una de las más importantes remontadas electorales en relación a lo que presagiaban las encuestas previas y un cartel colgado en su bunker fue tal vez la clave comunicacional, allí podían leerse los siguientes tres puntos: “¿Cambio o más de lo mismo? Es la economía, estúpido y No olvidar el sistema de salud”.
Haciendo un paralelismo con nuestra realidad, podríamos decir que desde hace años seguimos aplicando las mismas soluciones económicas a los mismos problemas sanitarios, con idénticos resultados: El desfinanciamiento del sistema.
En los últimos años, el costo de la salud fue aumentando de manera exponencial debido principalmente a la innovación tecnológica, al aumento constante del promedio de edad y a la cronificación de enfermedades que antes eran mortales, lo que en sí constituye un gran avance para la humanidad. Además, a la inflación estructural de nuestra economía debemos agregarle la constante promulgación de leyes de cobertura obligatoria de tratamientos para enfermedades raras o caras, lo que genera una erogación de recursos cada vez más costosos para pocas personas, que deben solventarse con una fuente de recursos finita originada en los aportes y contribuciones de la masa laboral. Gastos que crecen exponencialmente versus recursos que aumentan en forma lineal constituyen una perfecta catástrofe malthusiana.
La incorporación permanente y desordenada de terapias y tecnologías al universo prestacional, tendrá que pasar en algún momento por el tamiz de la costo-eficiencia y el metaanálisis de evidencia científica con la creación, tantas veces postergada, de una agencia de evaluación de tecnologías sanitarias autárquica y aséptica que pondría razonabilidad en la oferta y brindaría soporte calificado a la justicia cada vez que ésta necesitase fallar en casos de reclamos de cobertura.
En este escenario, el riesgo de derrumbe es grande y la onda expansiva que se genere puede hacer peligrar la provisión de servicios de millones de personas de los tres subsectores, tanto el público, el privado o el de la seguridad social ya que, en esta lógica de vasos comunicantes, el colapso de uno de ellos hará desbordar inevitablemente a los otros.
El año termina con algunas certezas y no pocas incertidumbres. La confirmación de un sistema mensual de actualización automático de las tarifas de los planes de salud, que se sitúe por debajo de la remuneración imponible promedio de los trabajadores (RIPTE) o por debajo del costo de la salud, es un progreso respecto de años anteriores, ya que pone previsibilidad a una constelación de intereses donde, por sobre todos ellos, existe la gente: pacientes que sufren enfermedades, beneficiarios que pagan cuotas o aportan de su sueldo, trabajadores sanitarios, profesionales de la salud y contribuyentes, entre otros.
En otro orden de cosas, también es el momento de discutir si la salud privada y la seguridad social (alcanzando tanto a prestadores como a financiadores privados), que atiende las dos terceras partes de la población con carácter complementario respecto del estado, debe soportar semejante carga de impuestos municipales, provinciales y nacionales, sumada a la imposibilidad de disponer del crédito fiscal que otorga el IVA.
Llegó la hora de replantear las reglas de juego para que la salud sea un derecho universal, previsible y sostenible en el tiempo. La situación es tan compleja y delicada que requiere soluciones de fondo. El aumento de recursos que llegue por el ajuste de las cuotas de la medicina prepaga puede paliar parcialmente el deterioro económico, pero no solucionar los problemas estructurales de la salud. En un mundo complejizado donde la humanidad aumenta su esperanza de vida en base a tratamientos caros y a la cronificación de enfermedades, el resultado que se vislumbra es una población longeva, crónicamente enferma y en soledad. Es el momento de discutir entonces si debemos seguir haciendo lo mismo o debatir seriamente un sistema de salud moderno que se financie en forma genuina y que asegure una prestación equitativa para todos los ciudadanos, independientemente de la cobertura elegida; un menú de prestaciones de probada costo eficiencia evaluada por un cuerpo colegiado de consulta obligada; programas de acceso a terapias de alto precio para personas con enfermedades poco frecuentes garantizadas y financiadas por el Estado y un régimen impositivo de acuerdo a una función complementaria del Estado como son tanto la salud privada como la seguridad social.
Durante décadas acomodamos el sistema de salud a un presupuesto, tal vez haya llegado el momento de discutir el sistema de salud que queremos más allá del que tenemos y del que podemos y a partir de allí, buscar las fuentes de financia- miento que lo hagan posible. La seguridad social sigue siendo uno de los pilares de la cobertura médica de las personas en Argentina y FAOSDIR, como cámara del sector, seguirá trabajando para brindar sistemas de salud solidarios y sostenibles a nuestros asociados y a sus familias.

FELIZ 2023.



(*) Presidente de FAOSDIR (Federación Argentina de Obras Sociales de Personal de Dirección).

 

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