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Biotecnología


Nuevas terapias para el tratamiento del cáncer
Por el Dr.  Enrique L. Sánchez *

 
La más reciente investigación muestra una marcada aceleración en la carrera de las armas para luchar contra el cáncer, con varios métodos de alta tecnología soñados desde hace tiempo pero que hasta ahora no eran posibles o no se había logrado éxito en su desarrollo.

  • Nuevos fármacos “inteligentes” que entregan potentes toxinas directamente a las células cancerosas respetando a las normales.

  • Una nueva herramienta que ayuda al sistema inmunológico a atacar una amplia gama de tipos de cáncer.

  • Tratamientos encaminados a enfrentar nuevos genes y vías de desarrollo del cáncer, además de mejores pruebas para predeterminar qué pacientes se beneficiarán con ellos.

La investigación sigue avanzando hacia tratamientos más precisos y con menos efectos secundarios, alejados de la quimioterapia convencional que era “como colocar una bomba en el cuerpo”, según afirman varios investigadores.
De hecho, una clase emergente de “bombas inteligentes” fue uno de los más esperanzadores avances informados en una reciente reunión de la American Society of Clinical Oncology.
Se trata de armas de doble acción que combinan anticuerpos, que se unen a células cancerosas específicas, y toxinas que son demasiado potentes para poder administrarlas solas. Un enlace químico los mantiene unidos hasta que se ponen en contacto con una célula tumoral, liberando la toxina en su interior y matando a la célula.
Básicamente el anticuerpo dirige esta droga muy tóxica directamente a la célula cancerosa y la introduce en su interior donde puede provocar daño, sin perjudicar las células sanas próximas.
A modo de ejemplo, baste mencionar que recientemente se ha informado en un extenso estudio llevado a cabo con una de tales drogas (Genentech’s T-DM1) que se había demorado el tiempo hasta el empeoramiento en mujeres con cáncer de mama avanzado, señalándose también que el producto parece mejorar la sobrevida, si bien se requerirá más tiempo para poder afirmarlo con certeza. Hasta el momento, las mujeres que habían recibido este tratamiento presentaban una sobrevida mayor a un año, en comparación con un grupo de pacientes que estaban recibiendo otras drogas.
En este momento se encuentran en desarrollo numerosas “bombas inteligentes” similares; sólo una de tales drogas se encuentra en el mercado estadounidense, Adcetris (Seattle Genetics Inc.) indicada en el tratamiento de algunos tipos de linfomas menos frecuentes.
Otra gran novedad lo constituye el empleo del sistema inmune para combatir el cáncer. En efecto, durante más de un siglo, se ha tratado de aprovechar su poder, pero las células tumorales poseen mecanismos para esconderse que han hecho que el sistema inmune no los reconozca como “enemigos” y no los ataque.
Bristol-Myers Squibb Co., ha desarrollado dos drogas –una destinada a atacar las células cancerosas y la otra para ayudar a “soldados” clave del sistema inmune– ambas diseñadas para “desenmascarar” a estos enemigos. Dos estudios que involucraron casi 500 pacientes hallaron algún grado de reducción de los tumores en hasta una cuarta parte de los pacientes con cáncer de pulmón y de riñón, así como el cáncer de piel mortal (melanoma). Estos tratamientos parecen tener menos impacto sobre el cáncer de colon y el de próstata. Sin embargo, se trata sólo de resultados preliminares, no habiéndose efectuado hasta el momento comparaciones de sobrevida o pruebas definitivas. En un estudio, murieron tres pacientes por una inflamación pulmonar considerada como vinculada con el tratamiento.
Al respecto, una de las investigadoras principales, la Dra. Julie Brahmer, de la Johns Hopkins University, ha señalado que la quimioterapia convencional también puede resultar fatal, destacando que se encontró remisión completa en algunos pacientes que habían recibido tratamientos con estimulantes del sistema inmune y con menos efectos secundarios. Agregó que resultó gratificante ver a los pacientes bien, sin pérdida de cabello, sin descenso de los valores hemáticos y sin propensión a las infecciones.
También el Dr. Roy Herbst, médico oncólogo del Yale Cancer Center en New Haven, Connecticut (EE.UU.) se mostró esperanzado, indicando que no había visto nada parecido en los muchos años que trata el cáncer de pulmón. (1)
Así mismo, Genentech ha comunicado los resultados de un estudio de Fase 3 en cáncer colorrectal metastásico (mCRC) que evaluó el bevacizumab administrado conjuntamente con quimioterapia de segunda línea en pacientes que inicialmente habían recibido bevacizumab asociado con quimioterapia de primera elección.
El estudio alcanzó sus objetivos primarios (aumento significativo de sobrevida), habiéndose reducido el riesgo relativo de muerte en un 19% para los pacientes que continuaban con bevacizumab más quimioterapia de segunda línea, en comparación con los que recibían quimioterapia sola. Estos enfermos también experimentaron una significativa mejoría en la sobrevida sin evidencias de progresión del cáncer; el riesgo de avance del cáncer se redujo en un 32%. Los eventos adversos se correlacionaron con los estudios previos referenciales efectuados con bevacizumab en distintos tipos de tumores. Se ha concluido que si bien la terapia convencional consiste en cambiar completamente el tratamiento con el avance de la enfermedad, en este estudio el uso continuo de bevacizumab con una nueva quimioterapia resultó en una prolongación de la vida de los pacientes, en comparación con otro grupo tratado solo con una nueva quimioterapia.
Los pacientes con mCRC que recibieron bevacizumab en combinación con una quimioterapia estándar tanto en el primero como en el segundo tratamiento mostraron una sobrevida media de 11,2 meses, en comparación con 9,8 meses para las personas que habían recibido la quimioterapia sola. La sobrevida media libre de síntomas fue de 5,7 meses vs. 4,1 meses. Ambos valores de sobrevida fueron calculados a partir del momento en que los pacientes eran aleatorizados para recibir el tratamiento de segunda línea.
Los eventos adversos (de Grado 3–5) que ocurrieron más frecuentemente en el grupo tratado con bevacizumab en comparación con el que había recibido quimioterapia únicamente después de la aleatorización, fueron aumento de la presión arterial (2% vs. 1%), hemorragias (2% vs. <1%), perforaciones gastrointestinales (2% vs. <1%) y trombosis venosa (5% vs. 3%). (2)

Referencias:

1. DRUG DISCOVERY & DEVELOPMENT: 04/06/2012.
2. DRUG DISCOVERY & DEVELOPMENT: 03/06/2012.

(*) Asesor farmacológico - Ex-Director Médico de Schering-Plough - Ex-Docente de FEFYM.
 

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