Presidente de la Asociación de
Médicos Municipales de la CABAL a
situación de los hospitales de la
ciudad, sobre todo en sus aspectos
edilicios, una vez más está en la
agenda pública y mediática, agravada
por la falta de insumo debido a las
trabas comerciales.
En este sentido, es necesario hacer
referencia al Hospital
Neuropsiquiátrico José T. Borda. A
lo largo de los años el claro
aumento en la calidad del recurso
humano del equipo de salud,
totalmente comprometido que tiene
ese hospital, no fue acompañado por
el desarrollo edilicio, ya que
paralelamente, parte de la
estructura se fue deteriorando
severamente. Sin embargo también hay
que decir que se han hecho muchas
cosas y es importante y necesario
mostrar por qué se llegó a esta
situación.
Hubo funcionarios que fueron capaces
de llevar un hospital de 1.500
pacientes internados a 700 por
considerar que muchos debían estar
en sus hogares. Pero se dio la
paradoja de que esa misma sociedad
que desde la demagogia había
presionado para que esas personas
fueran externadas, una vez producida
la externación, no las recibió. Y,
como si fuera poco, apareció un
funcionario iluminado, no experto en
temas sanitarios, quien decidió que
los sectores aledaños a los que les
faltaba el suministro de gas tampoco
fueran utilizados.
Con todo, podríamos preguntarnos:
¿Tendría miedo de que los médicos
pudieran internar a pacientes que
necesitaran la atención
psiquiátrica? Esas obras fueron
frenadas durante dos años y ahora no
saben qué hacer. En este caso queda
en evidencia que las circunstancias
no forman a los hombres, sino que
los muestran tal como son. La
realidad que nosotros percibimos es
la enorme contención que los
profesionales a lo largo del tiempo
les brindaron a todos los pacientes
del Borda y a sus familiares;
recientemente, se conformó un grupo
de trabajo que se va a
responsabilizar, con el apoyo del
equipo de salud, de tener el
hospital que la salud pública se
merece. Se trata de la misma salud
pública que día a día recibe a miles
de pacientes, como aquel que envió a
un matutino un agradecimiento
titulado “Hospitales grandes y fríos
que no eran tales”, donde destacó
que creía que los hospitales
públicos eran enormes e indiferentes
y que él estaba solo; pero, cuando
llegó el momento, se encontró con la
atención del SAME, y tras ser
llevado al Hospital Rivadavia y
luego derivado al Argerich, lo
atendieron, recibió el tratamiento
adecuado y fue dado de alta. El
paciente cuenta su vivencia desde el
agradecimiento por haber encontrado
en el equipo de salud
profesionalismo, experiencia y, por
sobre todo, calor humano. Y qué nos
queda por decir de lo sucedido en la
tragedia de Once, donde hace poco se
conoció el caso de una chica que fue
dada de alta luego de 30 cirugías y
70 días de internación en el
Hospital Pirovano. El equipo de
salud una vez más trabajó día y
noche para poder mejorar la calidad
de vida de esa joven que había
sufrido el terrible siniestro del
ferrocarril Sarmiento. Ella misma
aseguró en una entrevista: “Los
últimos días se me hicieron largos,
nunca salía de la habitación; si lo
hacía era solo para ir al quirófano,
pero los que me atendieron me
hicieron sentir la importancia de
seguir con fuerzas”. Fue el equipo
de salud quien la cuidó, la asistió
y le posibilitó volver a tener
esperanzas. Con todo, este caso es
sólo un botón de muestra de la
enorme y silenciosa tarea que
cumplen los médicos municipales.
Finalmente hay que resaltar que la
Asociación de Médicos Municipales
logró un incremento salarial que va
desde el 38% al 44% sobre el sueldo
neto. Este significativo avance es
el resultado de arduas y laboriosas
sesiones paritarias con el Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires.
En síntesis, éstos son algunos de
los detalles que se viven a diario y
demuestran la importancia de los
hospitales públicos, esos mismos
para los que la asociación exige
insumos, recurso humano y
estructuras edilicias adecuadas, en
especial para el Hospital Borda, el
Muñiz, el Alvarez, el Piñero y el
Rivadavia, entre otros. Siempre
hemos reclamado solidaridad, equidad
y oportunidad de libre acceso, para
brindar la mejor atención y dejar en
evidencia una vez más que lo único
que los médicos quieren es ejercer
una profesión para la que se
formaron con esfuerzo y bajo
condiciones que se merecen.
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