Con preocupación se discute en diferentes ámbitos la
actual concentración de las entidades de medicina
prepaga y su futura aceleración a raíz de la nueva ley
que las regula. Incluso se escuchan voces que el sector
no va a existir más dentro de 10 años.
En el debate en el Congreso sobre la ley, varios
diputados utilizaron como principal argumento para
promulgar la misma, que el mercado estaba concentrado en
5 empresas con posición dominante y que por este motivo
era necesario, por ejemplo, ejercer un estricto control
de precios.
La actual ley surge fundamentalmente por el fuerte
reclamo de las organizaciones de defensa al consumidor y
no, lamentablemente, como una necesidad de legislar
sobre el sistema de salud de todos los argentinos (…y
argentinas), que bastante falta hace por cierto.
A muchos expertos no les gusta que se hable del “mercado
o la industria de la salud”. No me voy a enfocar ahora
en este debate. La ley habla de usuarios y desde esa
mirada de “consumidores” propongo que analicemos el
tema, ya que es mi intención cuestionar esta idea de
mercado concentrado y la necesidad de control de precios
por posición dominante.
Venía pensando en este tema de la concentración de
entidades de medicina prepaga mientras volvía del
trabajo cuando mi mujer me llamó desde su teléfono
celular. No se escuchaba muy bien pero alcancé a
entenderle que necesitaba que pase por el supermercado a
hacer unas compras y preguntarme si tenía novedades
sobre nuestro viaje de aniversario de casados a Salta.
Inmediatamente, por lo mal que se escuchaba, pensé que
tenía que elegir una nueva empresa de celulares y noté
que tres empresas concentran el 97% del mercado. Sobre
el viaje a Salta estaba en la duda si ir en avión donde
dos empresas tienen el 97 % del mercado de cabotaje o
cambiar el auto notando que las primeras 6 empresas
concentran el 80%. Sintiendo que debido a esta posición
dominante todas iban a aprovecharse de este humilde
consumidor, decidí enfocarme en la ida al supermercado
aunque nuevamente me desilusioné ya que los 4
hipermercados líderes suman un 72% de participación.
Me reconforté imaginando que en el supermercado tendría
disponible largas góndolas repletas de productos de
muchas empresas que compiten agresivamente para que
pueda beneficiarme como consumidor eligiendo aquellas
que tengan mejor calidad y precio.
Pese a la mala señal del celular, alcancé a escuchar que
tenía que comprar: azúcar (1 empresa concentra el 75%
del mercado), algunos lácteos (2 empresas concentran el
80%), repelente de mosquitos (1 empresa el 95%), aceite
(2 empresas 80%), latas de tomate (1 empresa 70%),
mayonesa (2 empresas poseen el 95%), cerveza (2 empresas
el 96.5%) pan para hamburguesas (1 empresa, que hasta
hace unos pocos años eran dos, concentra el 76%), y
varios productos más en los cuales no hice la cuenta
para no deprimirme más. En la puerta de casa encontré la
factura mensual de la empresa de TV satelital. Me
pareció muy cara, sin embargo por mi domicilio no pasa
el cable y es la única oferente. Agua y ajo dirían en el
barrio.
Pese a estar conforme con mi actual entidad de medicina
prepaga, comencé a analizar las opciones de empresas
que, con absoluta tranquilidad, contrataría para la
cobertura médica de mi familia. En pocos minutos
encontré 24 entidades posibles para elegir. Algunas son
obras sociales y otras empresas de medicina prepaga. Sin
embargo, me llamó aún más la atención visualizar que de
las 24 posibles alternativas, había 18 que eran
entidades ¡sin fines de lucro! No me resulta creíble
desde ningún aspecto, que estas 24 entidades puedan
ponerse de acuerdo en abusar de mi rol de consumidor con
información asimétrica estableciendo precios con
márgenes extraordinarios de ganancia.
Sinceramente, me los imagino como en cualquier mercado
donde hay muchos oferentes compitiendo, en que me decida
por aquel que brinde la mayor cobertura, mejor calidad
de servicio y una buena relación costo beneficio.
Para poder entender un poco mejor este tema, me conecté
a internet por la banda ancha que tengo instalada en
casa (prometo para no aburrirlos ni deprimirlos más que
es la última que analizo, pero tres empresas concentran
el 90%) y me puse a leer la ley 22.262 de Defensa de la
Competencia, concentrándome en sus puntos más
relevantes.
EL ABUSO DE
POSICION DOMINANTE
El poder de mercado puede definirse como la capacidad de
un agente económico individual (o de un grupo de agentes
que actúan coordinadamente) de influir sobre los precios
del mercado, y en ese sentido representa la contracara
del supuesto de la competencia perfecta por el cual los
agentes son tomadores de precios.
Es también una cualidad que puede ser poseída al mismo
tiempo por varios agentes que actúan de manera
independiente, cosa que no sucede con la posición
dominante, ya que la misma sólo puede ser ostentada en
un mercado por una única persona o por un grupo de
personas que actúan de manera concertada (cártel).
La idea de ejercicio del poder de mercado tiene que ver
con decisiones que toman las empresas para incrementar
sus beneficios a través de acciones que influyen sobre
los precios del mercado.
MERCADO DE
ENTIDADES DE MEDICINA PREPAGA
Para analizar si al sector le cabe lo descripto en la
ley de defensa de la competencia como abuso de posición
dominante, debo dejar de lado mi situación personal de
24 entidades posibles de contratar y establecer
objetivamente cómo está actualmente repartido el mercado
entre las empresas oferentes. También es necesario
reflejar algunas particularidades especiales del sector.
Para estimar la participación de mercado de una empresa,
lo primero que hay que hacer es definir el universo
sobre el cual se va a calcular. Por ejemplo para estimar
la participación del líder del mercado de mayonesas,
debo conocer primero los frascos o kilos vendidos de sus
marcas y dividirlo por la cantidad total de frascos o
kilos que se venden en la Argentina.
La diferencia con el sector de entidades de medicina
prepaga, es que los 40 millones de argentinos tienen la
cobertura médica del Estado mediante el acceso al
Hospital Público. Millones de personas deciden todos los
meses si siguen pagando la cuota de su mutual, prepaga u
adherencia a una obra social o si se quedan solamente
con la cobertura estatal. Si volvemos al ejemplo
anterior, la gente decide todos los meses si le compra
la mayonesa a una empresa privada o toma el frasco que
le entrega en forma gratuita el Estado. Suena absurdo y
está claro que intento provocar el debate a través de la
comparación, pero así como los Bancos Privados compiten
con los Bancos Públicos y los Colegios Privados compiten
con la Escuela Pública, las entidades de medicina
prepaga compiten con el Hospital Público. Como
consumidores y por sobre todo como argentinos, todos
soñamos y aspiramos que esta cobertura estatal sea
percibida como superior a la privada. El mejor ejemplo
es la Universidad de Buenos Aires. En varias carreras la
UBA es percibida como de igual o mayor calidad que
algunas universidades privadas.
Si definimos como universo al total de habitantes del
país, una entidad con 400 mil usuarios tiene un 1% de
participación de mercado. Las 12 entidades más
importantes que compiten en el sector, reúnen
aproximadamente 4,2 millones de usuarios. Es decir que
apenas llegarían a concentrar el 11% del mercado.
Desde otro punto de vista más conservador y para evitar
ser acusado de defender la “corpo prepaguista”, podemos
establecer el universo excluyendo a los aproximadamente
14 millones de habitantes que no tienen obra social ni
prepago de acuerdo a los datos del censo 2010 que
probablemente están imposibilitados económicamente de
acceder a una prepaga. En este caso, la entidad de 400
mil usuarios tiene un 1,5% de participación y las 12
primeras un 16%.
Podemos excluir a los 3 millones de las Obras Sociales
Provinciales, a los 4,5 millones del INSSJP (Pami) y al
millón de habitantes que se encuentran en programas
estatales de salud y obras sociales como Fuerzas
Armadas, DAS, etc. Nos queda un universo de 17,5
millones. La entidad de 400 queda con 2,2% y las 12
primeras un 24% de participación.
Finalmente podemos excluir a un grupo de obras sociales
sindicales que, pese a poder ser elegidas por los
beneficiarios, no comercializan proactivamente en el
mercado sus planes. Tomando los datos del censo 2010 hay
4 millones de usuarios que manifestaron tener prepaga a
través de una obra social y 2 millones tener prepaga por
contratación directa. Queda un universo de 6 millones.
La entidad de 400 mil usuarios queda con una
participación de 6,66% del mercado y las primeras 12
empresas concentran un 70%.
Es decir que desde el punto de vista más forzado de
cálculo queda un mercado bastante más atomizado que la
cerveza y las aerolíneas por cierto.
Hasta los economistas más liberales aceptan que el
Estado debe intervenir en los mercados monopólicos u
oligopólicos, en especial si estamos hablando de salud.
Como dice la ley de defensa de la competencia, en casos
de abuso de posición dominante. No es lo que sucede en
el sector y el control de precios que se ejerce
actualmente, lamentablemente acelera el proceso de
concentración.
La paradoja es que la nueva ley y el control de precios
en un mercado que se regula de la mejor forma conocida
hasta el momento que es mediante el libre juego de la
oferta y la demanda, va a provocar una mayor
concentración.
Esto va a suceder porque todos pierden en este
escenario, pero en diferentes grados y los más grandes
pueden aguantar durante más tiempo trabajar con márgenes
mínimos o a pérdida.
Para graficarlo veamos qué sucede actualmente. Los
prestadores deben pagar los aumentos de sueldo de las
paritarias del sector en el mes de vigencia de la misma.
A los financiadores pequeños y medianos le aplican el
aumento de aranceles en forma inmediata (desde el punto
de vista económico, ya que financieramente recién lo
cobrarán a los 60 o 90 días). Sin embargo, los grandes
financiadores tienen mayor poder de negociación y sólo
pagan el aumento una vez que el Gobierno les autoriza el
incremento de sus cuotas.
Para finalizar, no coincido con los que pregonan el fin
del sector. No creo en escenarios apocalípticos y
vislumbro un futuro donde las empresas más hábiles, irán
adaptándose mejor a las nuevas reglas de juego como
escribí en el número anterior de la Revista, (ver
Edición 68 – Las empresas se ponen las zapatillas).
Si estoy equivocado, sólo espero que como decía el gran
Discépolo encontremos “un pecho fraterno para morir
abrazao” o como canta hoy Sabina “que el fin del mundo
nos pille bailando”.
(1)
La fuente de participación de mercado de Prepagos es en
base a datos propios. El resto de las industrias son
datos estimados tomados de distintos informes de Cámaras
y trabajos sobre concentración de mercado en la
Argentina disponible en distintos sitios de internet.
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